Pronunciar perejil en la masacre
En octubre de 1937, el general Rafael Trujillo dio la orden a su ejército de asesinar a todo aquel cuerpo negro presente en los territorios de su frontera que con dificultad pronunciara la trivial palabra de “perejil”. Ya había comenzado ese año a fortalecer los alambres y bloques de concreto que dividían su territorio dominicano con el vecino haitiano, sin embargo, fue hasta ese mes que sus acciones se harían sentir con crudeza en el río que divide al creyol del español, al “africano” del “europeo” y al “bárbaro” del “civilizado”.
Un total de 5000 fueron asesinados por los fúsiles, machetes y cuchillos de la fuerza armada dominicana, en nombre del desarrollo y en contra de la “haitianización” de su “higiénica” nación heredera de la razón y el orden civilizatorio español. Mientras que el dictador ejerce discursos nacionalistas, en las riberas de la frontera, de norte a sur, de río a río, los uniformados utilizan el radar del racismo para identificar a los “posibles extranjeros” remplazando el registro de nacimiento por el sentido fonético.
Vídeo
00:39 Calidad [720 p]
2021
Honor y machete
Vídeo
04:11. Calidad [1080 p]
2021
El himno nacional de la República Dominicana exclama:
¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.
¡Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de noble ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten
¡LIBERTAD! ¡LIBERTAD! ¡LIBERTAD!
El vídeo revisa la función del honor, la fidelidad y el patriotismo del ejército nacional hacia el gobierno y dictadura del general Rafael Trujillo en el territorio de República Dominicana. El racismo antihaitiano es expuesto explícitamente en la canción nacional, la libertad de las cadenas de esclavizados, la recuperación de las tierras, y el valor viril de sus gobiernos y soldados son símbolos de marcación diferencial entre un “Nosotros aquí arriba” y un “otros allá abajo”.
Asepsia
A finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, las ciudades de América Latina estaban constituidas por calles de tierra, estas inundadas de abundante polvo en el ambiente y barro en las épocas de lluvia. Para aminorar estos problemas una de las soluciones implementadas por las direcciones de aseo de las municipalidades de esa época, fue el inicio de la pavimentación de las calzadas y aceras para reducir el polvo en el ambiente y crear superficies lavables. La baldosa hidráulica finalmente además de su carácter ornamental, fue empleada en las calles de las ciudades y grandes centros de comercio como una estrategia de higienización.
La Masacre del Perejil de 1937 en la frontera de República Dominicana y Haití, es relacionada en esta serie de dibujos digitales, con la función de la baldosa hidráulica en América Latina, pues el carácter doméstico y botánico de desintoxicación y limpieza intestinal que posee el perejil, es posible asociarlo con las intenciones de limpieza y blanqueamiento en función de la “raza” por parte de la élite política dominicana de la época. El rechazo histórico de los gobiernos e intelectuales dominicanos hacia el territorio haitiano, probó con la masacre del perejil, su más interna y puntual necesidad de “des haitianizar” la frontera de norte a sur.
Dibujo digital
2021
Ensayos material


Hoja de bijao
Calathea lutea, planta perteneciente a la familia de las marantaceas, utilizada para envolver tamales, hallacas.
En Colombia se le conoce como "hojas del Congo".
Con cemento gris (Bulto de 25k) y un bulto de arena para revoque, agua. Realicé una serie de ensayos de calco de hojas de bijao.
*Para las primeras tres hojas realicé una mezcla sin arena y una cantidad importante de agua. La mezcla tenía una textura ligera y aguada.
Sobre una superficie plana coloqué una bolsa plástica para evitar manchar el suelo, sobre la bolsa deposité arena en varios tumultos con la intención de darle movimiento (alzados) a la hoja. Sobre la hoja vertí la mezcla y dejé secar durante tres días. La mezcla se quebró.
Una segunda mezcla compuesta por arena y cemento y menor cantidad de agua. Las piezas no se quedraron, solo una de ellas lo hizo parcialmente.
Para próximos ensayos se debe estar presente en el proceso de secado para entender cuándo comienzan a quebrarse las piezas.
Testimonios de las masacres
"Nos decían, “Di que tú no eres haitiano. Di claramente ‘tijera’. Di claramente ‘perejil’”. Y tú decías toda clase de cosas. Te decían que dijeras, “generalísimo, jefe, benefactor de la patria”.
Yo te di nou: di ke w pa ayisyen, di klèman "sizo", di klèman "pèsi". Yo te di w di: Gran general, chèf, byenfetè nasyon an.


A la una de la mañana vio el carro Ford que traía unos muertos y los llevaba hacía el mar. Mi mama lo vio”
“Una haitiana fue la partera de mi primer hijo. Y vivíamos cerca una de la otra. Yo trataba a esa mujer como si fuera mi mamá. Si yo cocinaba, le daba comida. Y mis hijos realmente la querían. Ella es una de los que fueron asesinados [en la masacre]… Haitianos y dominicanos se trataban como hermanos y hermanas, como hijos e hijas”[29]
"Cruzábamos [la frontera] sin problema, y tanto venían ellos como nosotros íbamos. Papá tenía tantas amistades allá que él dejaba que yo durmiera donde los compadres de él y esas gentes me cuidaban”[19]
"A las cuatro de la mañana… empezamos a marchar hacia Haití. Según avanzábamos, algunos dominicanos nos decían que tuviéramos cuidado y que no pasáramos por Dajabón, porque allá estaban matando gente… Cuando llegamos a la sabana de Dajabón, vimos a un guardia. Y cuando lo vimos, yo dije: “Mamá, vamos a morir, vamos a morir”.
"Con unas ametralladoras que me dice mi papá, dispararon sin misericordia durante cinco minutos”
“A mí me llevaron para la frontera [para luchar contra los haitianos], yo estaba jovencito, yo tenía 18 años. Había que hacerlo obligado, con machete”[122]

"Comenzó a matar a todos y luego los echaba en un hoyo. Mató a todo el mundo. Yo fui la única que se salvó. Ellos creyeron que yo estaba muerta porque me habían dado varios machetazos. Yo estaba empapada en sangre."
"Yo te kòmanse touye tout moun apre sa jete yo nan yon twou. Yo touye tout moun. Mwen te sèl moun ki te sove. Yo te panse mwen te mouri paske yo te ban mwen plizyè kout manchèt. Mwen te tranpe nan San."

“Había muchos que no los conocían. Pero si ellos tenían su acta de nacimiento, la presentaban. Pero… aquí no se averiguó eso. Si lo averiguan, se quedan todos los haitianos… porque todos fueron reconocidos aquí [como ciudadanos dominicanos]. Nada más eran los viejos que eran haitianos. Los que echaron en 1937 no eran haitianos, eran de nacionalidad dominicana la mayor parte”